Desbordes acusa injerencia política en tomas estudiantiles y culpa a adultos de influir en protestas escolares

Desbordes acusa injerencia política en tomas estudiantiles y culpa a adultos de influir en protestas escolares

agosto 8, 2025 publicado por Susana Fuentes Avellaneda

Desbordes enfrenta oleada de tomas y apunta a manipulación externa

La escena en Santiago estuvo lejos de ser tranquila este lunes 28 de julio de 2025. Cuatro de los liceos más emblemáticos de la capital –Instituto Nacional, Liceo 1, Liceo de Aplicación y Liceo Barros Borgoño– amanecieron nuevamente tomados por estudiantes de secundaria, apenas una semana después de los duros desalojos realizados por Carabineros en seis establecimientos. Esta vez, la tensión escaló con una acusación directa del alcalde Mario Desbordes (RN), quien planteó abiertamente que adultos externos estarían dictando el rumbo de las protestas: “Hay adultos escribiendo por ellos lo que tienen que decir, delante nuestro”, lanzó durante una tensa reunión con representantes estudiantiles.

El pulso entre autoridades y alumnos parece haberse transformado en una batalla por el mando de la educación pública. Desbordes endureció su postura y dejó claro que ningún diálogo se abriría mientras los liceos siguieran ocupados. Su argumento es que estas tomas tienen un “tinte absolutamente político”, despegándose así de las demandas genuinas de los estudiantes y dejando entrever que hay manos ajenas moviendo los hilos detrás del movimiento.

Tomas, bajas de matrícula y transición SLEP: la crisis en la mira

Desbordes fue más allá y responsabilizó a los estudiantes por el deterioro de la educación pública en Santiago. Según sostuvo, ejemplos como el Liceo de Aplicación –donde la matrícula cayó un 50% en solo cuatro años– serían consecuencia directa de la constante inestabilidad. Para el alcalde, las tomas sólo “profundizan la lenta muerte de la educación pública” y alejan a las familias de estos colegios históricos.

El ambiente de la reunión de las 11:00 horas en la municipalidad fue todo menos amistoso. Los jóvenes salieron acusando poco diálogo real y Desbordes confirmó que no habrá negociación bajo presión. La única luz verde fue la aceptación de seguir conversando a través del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) de Santiago Centro, que asumirá el control de los establecimientos en enero de 2026. Esta reforma busca descentralizar la administración escolar, pero la llegada del SLEP aparece ahora como una vía de escape ante el clima enrarecido.

Esta crisis viene creciendo desde la intervención violenta de Carabineros los pasados 21 y 22 de julio. Aquella intervención dejó huellas en la comunidad educativa; por un lado, generaciones de estudiantes en pie de guerra ante problemas estructurales no resueltos (fallas eléctricas, baños en mal estado, filtraciones y falta de calefacción, según denuncian), y del otro, autoridades empeñadas en demostrar que las protestas solo responden a intereses políticos ajenos. El argumento del daño a la infraestructura y el calendario escolar ha sido constante desde el municipio, que cuestiona la legitimidad de las demandas por cómo se gestionan las ocupaciones.

Las tomas actuales no son solo un trámite anual. Marcan el primer gran desafío de Desbordes en la gestión de liceos que, históricamente, han sido símbolo de la educación pública y también del activismo estudiantil en Chile. El temor de que los colegios sigan perdiendo estudiantes y recursos quedó sobre la mesa, así como el riesgo de que los conflictos empeoren con la transición al SLEP en la puerta.

Por ahora, lo que domina es la desconfianza. Los estudiantes insisten en que buscan soluciones reales a los problemas de su día a día, mientras desde el municipio se alerta sobre el uso político de sus demandas. Todo ocurre con el traspaso administrativo en el horizonte y el futuro de la educación pública en la ciudad más vigilado que nunca.

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