Generación Z lee menos a sus hijos: estudio muestra caída histórica
septiembre 29, 2025 publicado por Susana Fuentes Avellaneda
Una reciente investigación de HarperCollins UK ha revelado que los padres pertenecientes a la generación Z están leyendo en voz alta a sus hijos menos que nunca. El estudio, basado en la encuesta NielsenIQ BookData de diciembre de 2024, muestra que sólo el 41 % de los niños de 0 a 4 años recibe lectura frecuente, una caída brusca frente al 64 % registrado en 2012. La sorpresa no solo está en los números, sino en el hecho de que solo el 40 % de los padres afirma que leerles sea "divertido".
Contexto y antecedentes de la lectura en familia
Durante décadas, la lectura compartida ha sido considerada una pieza clave para el desarrollo del lenguaje y la imaginación infantil. Sin embargo, la aparición masiva de pantallas y la presión académica han ido desplazando este hábito. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Ministerio de las Culturas (Ministerio de las Culturas), en Chile apenas el 48,6 % de los hogares con menores de 15 años leen varios veces a la semana, una cifra que ya se mostraba preocupante antes de la pandemia.
Detalles del estudio de HarperCollins y NielsenIQ
El informe, titulado "Comprendiendo al Consumidor de Libros Infantiles del Reino Unido", encuestó a más de 2.000 padres con hijos desde recién nacidos hasta adolescentes. Entre los hallazgos más sonados:
- Solo el 29 % de los niños de 0 a 2 años son leídos "todos los días o casi todos los días"; la cifra sube al 44 % para niñas del mismo rango.
- En el segmento de 5 a 10 años, apenas el 32 % de los niños elige leer por placer.
- El 28 % de los padres generación Z ven la lectura como materia educativa, frente al 21 % de la generación X.
- El 34 % de los encuestados menciona la falta de tiempo como principal barrera, y el 49 % culpa la carga académica excesiva.
El estudio también destaca que la preferencia por contenidos digitales es mucho más marcada entre los jóvenes padres, quienes crecieron rodeados de tablets y smartphones.
Reacción y análisis de expertos en Chile
La académica Susana Mendive, profesora de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, comenta que "se ha evidenciado una práctica poco frecuente de leerles a los niños tempranamente en los distintos niveles socio‑económicos, y una hipótesis era que es una práctica poco valorada socialmente". Para Mendive, el dato generacional es "interesante de explorar" porque sugiere que los propios jóvenes, que fueron criados en la era digital, trasladan ese modelo a sus hijos.
Otros especialistas en desarrollo infantil advierten que la disminución de la lectura en voz alta podría traducirse en menores habilidades de alfabetización temprana y en una brecha de vocabulario que se amplía con la edad. "Los niños que escuchan historias desarrollan neuronas que favorecen la empatía y la imaginación", señala el psicólogo infantil Dr. Carlos Pérez, aunque reconoce que los datos aún son preliminares para Chile.

Impacto en el desarrollo infantil y futuro lector
La evidencia científica apunta a varios efectos negativos cuando la lectura compartida se reduce:
- Desarrollo del lenguaje: Los niños expuestos a menos palabras y frases complejas tienden a adquirir vocabulario más limitado.
- Vínculo afectivo: El acto de leer se asocia a momentos de cercanía que fortalecen la relación entre padres e hijos.
- Motivación para leer por placer: Sin modelos a seguir, menos niños desarrollan el hábito de leer por diversión, lo que repercute en resultados académicos posteriores.
En la práctica, la reducción de la lectura familiar está creando una generación potencialmente más dependiente de contenidos audiovisuales y menos inclinada a sumergirse en libros.
Perspectivas y acciones recomendadas
Para revertir la tendencia, varios organismos proponen medidas concretas:
- Campañas de concienciación que destaquen los beneficios cognitivos y emocionales de leer en voz alta.
- Programas de apoyo a horarios familiares, como "hora del cuento" en guarderías y escuelas, que liberen tiempo para que los padres compartan historias.
- Fomento de libros interactivos que combinen texto y tecnología, para que la generación Z no sienta que la lectura es anticuada.
- Políticas públicas que reduzcan la carga de tareas escolares excesivas, permitiendo más espacios de ocio lectivo.
En última instancia, la clave está en restablecer la lectura como una actividad lúdica y no como una obligación académica.
Preguntas frecuentes
¿Por qué la generación Z lee menos a sus hijos?
Los estudios indican que la generación Z, criada junto a dispositivos digitales, tiende a preferir contenido audiovisual. Además, la presión de tiempo y la carga académica de los niños son citadas como principales obstáculos para la lectura en voz alta.
¿Qué consecuencias puede tener esta tendencia en el desarrollo del niño?
Una menor exposición a la lectura compartida puede retrasar la adquisición de vocabulario, debilitar el vínculo afectivo entre padres e hijos y reducir la motivación para leer por placer, lo que a largo plazo afecta el rendimiento escolar.
¿Cómo se comparan los datos del Reino Unido con la situación en Chile?
En el Reino Unido, solo el 41 % de los niños de 0‑4 años recibe lectura frecuente, mientras que en Chile la Encuesta Nacional de Participación Cultural muestra que el 48,6 % de los hogares con menores lee varias veces a la semana. Ambas cifras señalan una caída respecto a años anteriores, pero la brecha cultural y de políticas públicas difiere.
¿Qué medidas pueden tomar los padres que disponen de poco tiempo?
Se recomienda establecer rutinas breves, como cuentos de 10 minutos antes de dormir, o usar libros digitales interactivos que combinan lectura y juego, aprovechando la tecnología sin sustituir la interacción humana.
¿Existe alguna política pública que busque revertir esta tendencia?
En Chile, el Ministerio de las Culturas ha lanzado campañas de fomento lector y está trabajando con el INE para monitorear la participación cultural. En el Reino Unido, la organización BookTrust promueve la "Hora del Cuento" en escuelas y guarderías como respuesta directa a los hallazgos de HarperCollins.
Entiendo que con tantos compromisos suena difícil encontrar tiempo para leerles, pero incluso 5 minutos antes de dormir pueden marcar la diferencia.