La OEA y su intento fallido de exigir transparencia en las elecciones de Venezuela
El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reunió recientemente con el objetivo de aprobar una resolución que instaba a las autoridades venezolanas a revelar los registros detallados de las últimas elecciones. La medida, presentada en un intento por asegurar la transparencia y la legitimidad del proceso electoral en el país sudamericano, logró obtener 17 votos a favor, ninguna oposición y 11 abstenciones. Sin embargo, estas 11 abstenciones fueron suficientes para impedir la adopción de la resolución.
Entre los países que decidieron abstenerse se encuentran Colombia y Brasil. A pesar del fuerte respaldo de la resolución por parte de 34 naciones, incluidas Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam y Uruguay, el Consejo Permanente no alcanzó el apoyo necesario para su aprobación. Cabe destacar que cinco países, incluido Venezuela, estuvieron ausentes durante la sesión, lo que subraya las tensiones políticas presentes en la región.
Esa propuesta pretendía que Venezuela publicara inmediatamente los resultados de cada mesa electoral y llevó a cabo una verificación exhaustiva de los resultados bajo la supervisión de organizaciones observadoras independientes. Para muchos países miembros de la OEA, esto era un paso crucial para garantizar la integridad de las elecciones y para que el pueblo venezolano pudiera tener confianza en el proceso democrático. Sin embargo, la ausencia de unanimidad complicó este propósito.
El tema de la transparencia electoral en Venezuela ha sido un tema recurrente y altamente sensible, especialmente después de que la autoridad electoral local proclamara vencedor a Nicolás Maduro, lo que llevó a 12 países a solicitar la acción de la OEA. Esta situación ha generado debates acalorados entre los estados miembros sobre el papel de la organización en la supervisión de los procesos democráticos de sus países integrantes y los límites de su influencia ante situaciones internas.
Venezuela y el camino a la transparencia electoral
Los observadores internacionales han cuestionado durante mucho tiempo la transparencia de las elecciones en Venezuela. La preocupación se basa en informes de irregularidades y falta de acceso a datos cruciales que podrían confirmar la legitimidad del proceso electoral. La aprobación de la resolución habría significado un compromiso colectivo por parte de la OEA para exigir mayor transparencia y responsabilidad por parte del gobierno venezolano, un paso que muchos consideran necesario en la lucha por la democracia en la región.
En el contexto actual, la decisión de países como Colombia y Brasil de abstenerse puede ser vista como una respuesta a sus propias consideraciones políticas internas y relaciones bilaterales con Venezuela. Para algunos analistas, estas abstenciones reflejan un equilibrio diplomático que estos países buscan mantener en medio de una región ya polarizada.
A pesar del resultado desfavorable de esta votación, la discusión sobre la transparencia electoral en Venezuela y la influencia de la OEA no termina aquí. Los países que votaron a favor de la resolución pueden seguir impulsando la causa a través de otros canales y foros internacionales, buscando alianzas y estrategias que permitan continuar con la presión para lograr una democracia más transparente.
La situación electoral en Venezuela sigue siendo un espejo de las dificultades que enfrentan muchos países de la región en términos de consolidar procesos democráticos sólidos y transparentes. La OEA, en su rol de vigilante y promotora de la democracia, enfrenta el desafío continuo de encontrar el equilibrio entre la soberanía de sus estados miembros y la promoción colectiva de los principios democráticos, un desafío que se ve reflejado en cada debate y votación dentro de su Consejo Permanente.
En última instancia, la lucha por la transparencia en los procesos electorales de Venezuela no solo es vital para el futuro democrático del país, sino que también tiene implicaciones más amplias para la estabilidad y legitimidad de las democracias en toda América Latina. La OEA continúa siendo un foro crucial para estos debates, pero la falta de consenso subraya la dificultad de navegar por los intereses divergentes de sus estados miembros.
Comentarios
OEA es un fantasma con credenciales. 17 votos a favor y 11 abstenciones? Eso no es democracia, es cómplice silencioso. Venezuela no necesita observadores, necesita que dejen de lavarse las manos mientras el pueblo se muere de hambre y el régimen se llena los bolsillos con petrodólares.
La transparencia no se negocia, se exige. Si no actúan, dejen de fingir que son la moralidad del hemisferio.
JAJAJA qué patética esta OEA. 11 países se abstienen como si fuera un partido de fútbol y no la supervivencia de una democracia. Colombia y Brasil son los nuevos embajadores del silencio cómplice. ¿O acaso tienen miedo de que si denuncian a Maduro, les caiga el mismo yugo? Están más preocupados por sus relaciones comerciales que por los votos de los venezolanos.
Esto no es diplomacia, es cobardía organizada.
Si no votan por la resolución, no son parte de la solución. Son parte del problema. Venezuela es un virus que contagia la región con su autoritarismo. Y ustedes, los que se abstienen, son los que le dan oxígeno.
Aunque la resolución no se aprobó, no es el fin. Hay otras vías: tribunales internacionales, sanciones selectivas, apoyo a la sociedad civil venezolana. La transparencia no muere con un voto. Hay que seguir presionando, con datos, con testimonios, con redes. La gente en Venezuela no se rinde, nosotros tampoco.
La democracia no se espera, se construye, aunque sea con ladrillos de papel y tinta.
La OEA es como un abuelo que dice que ama a todos sus nietos… pero solo le da comida a los que le hacen caso. 🤔
¿Realmente creen que una resolución puede cambiar una dictadura? Tal vez lo que necesitamos es una nueva arquitectura de poder en la región, donde la soberanía no sea una excusa para la opresión. Venezuela no es un caso aislado. Es el espejo de una América Latina que aprendió a callar cuando le dolía.
La democracia no se vota, se vive. Y hoy, en Venezuela, se vive en silencio.
Entiendo que cada país tiene sus intereses. Pero cuando el pueblo venezolano no puede saber si su voto fue contado, eso deja de ser política y se convierte en un derecho humano violado. No se trata de interferir, se trata de escuchar. ¿Cuántos más tienen que sufrir antes de que el silencio de los que pueden actuar se convierta en vergüenza?
¡Oh, qué tragedia! 17 votos a favor y 11 abstenciones… ¡Qué desastre humanitario! ¿Alguien más se sorprende de que la OEA sea un museo de burocracia con vista al mar? Los que votaron sí son los ingenuos. Los que se abstuvieron son los que saben que esto es un espectáculo. La democracia ya no se defiende con resoluciones, se defiende con redes, con memes, con huelgas. Y los que no lo entienden… siguen votando en el Consejo Permanente.
La OEA no es un organismo, es un teatro de sombras con diplomas.
La OEA es un fraude. Todo es manipulado. Los que votaron a favor son payasos. Maduro no necesita revelar nada porque ya controla todo. Incluso los votos. ¿Ustedes creen que los registros están en una nube? No, están en un sótano en Caracas con 10 guardias armados. Y los que se abstienen? Son los que saben que si exigen, les cortan el gas. Y no, no es conspiración, es lógica.
A veces el silencio no es indiferencia. Es dolor. Muchos de nosotros, en Chile, hemos vivido lo mismo. No es fácil denunciar a un vecino cuando uno mismo tiene heridas abiertas. Pero eso no significa que debamos dejar de hablar. Solo que lo hagamos con más cuidado, con más corazón.
Miren, esto no es solo sobre Venezuela. Es sobre qué tipo de América Latina queremos ser. ¿Una región donde los países se protegen mutuamente de sus propios demonios? ¿O una región que se levanta, aunque duela, aunque no sea cómodo, aunque sea incómodo para los que tienen negocios en Caracas? La transparencia no es una opción, es una obligación moral. Si no lo hacemos ahora, ¿quién lo hará cuando el próximo dictador aparezca en Bolivia, en Perú, en Ecuador? La OEA no es perfecta, pero es el único espacio que tenemos. Y si lo abandonamos por miedo, ¿qué nos queda? Nada. Solo el eco de nuestros propios silencios.
Y no, no es romanticismo. Es realismo con dignidad.
La clave no es la resolución, es el seguimiento. La OEA puede fallar, pero las redes de observadores independientes, las ONGs, los periodistas, los universitarios venezolanos… ellos no se rinden. Ya hay evidencia documentada, audios, videos, actas. Lo que falta es voluntad política para usarla. No es un problema de legitimidad, es de coraje.
No es fácil. En Chile también hubo tiempos en que callamos por miedo. Pero el silencio no protege, solo retrasa. Creo que lo que necesitamos no es más resoluciones, sino más voces. Más personas hablando, compartiendo, documentando. La democracia no se gana en los salones de la OEA, se gana en las calles, en los hogares, en los grupos de WhatsApp.
La OEA es un títere de Washington. Todo es un show. Los 17 votos a favor? Son los que siguen la línea del imperio. Las abstenciones? Son los que saben que el juego es corrupto desde adentro. Maduro no necesita revelar nada porque el sistema ya está comprado. ¿Creen que los registros electrónicos están en Venezuela? No, están en un servidor en Miami, controlado por la CIA. Todo es falso. Incluso esto.
nadie se da cuenta q la oea es un cartel de paises que se reparten el poder y venezuela es el unico q no juega. los q se abstienen son los q tienen acuerdos con el chavismo. los q votan a favor son los que quieren lucrar con la crisis. nadie es inocente
La historia no juzga a los que votan, juzga a los que se quedan callados. Hoy, la OEA eligió ser un museo de burocracia. Mañana, los venezolanos recordarán quiénes los dejaron solos. Y no olvidarán. La memoria es el único juicio que no puede ser anulado por una abstención.
La soberanía no puede ser un escudo para la opresión. La OEA tiene un mandato ético más allá de los intereses geopolíticos. Aunque la resolución no se aprobó, el precedente está establecido: la comunidad internacional no puede ignorar la erosión sistemática de los derechos electorales. El camino ahora es más difícil, pero no imposible. La persistencia, no la perfección, es la clave.
¡Ay, qué drama! ¡Otra resolución que no pasa! ¿Y qué? ¿Se van a suicidar? ¿Se van a sentar en la puerta de la OEA con pancartas? ¡Pues háganlo! Pero antes, miren a su alrededor. ¿Cuántos de ustedes tienen la libertad de decir lo que piensan en su país? ¿Cuántos tienen acceso a internet sin censura? ¿Cuántos pueden publicar una foto de una mesa electoral sin que los arresten? Venezuela no es el problema. El problema es que todos los demás están demasiado cómodos para hacer algo real. ¡Cállense y hagan algo! ¡No sigan escribiendo comentarios!
yo vote en 2024 y me dijeron q el sistema era seguro... pero no me dieron el comprobante. ahora me dicen q la oea no aprobó nada? jajaja. esto es un circo. si no hay transparencia, no hay elecciones. hay teatro. y yo no soy actor 😅
La transparencia electoral es un derecho humano fundamental, no un privilegio diplomático. Las abstenciones no son neutralidad; son coautoría del silencio. Las mujeres venezolanas, que han liderado movimientos de resistencia en barrios y universidades, merecen más que declaraciones vacías. La OEA debe actuar con coraje, no con cálculos políticos.
Aún así, hay esperanza. Cada vez más jóvenes venezolanos usan redes para documentar. Cada acta que se comparte, cada testimonio que se publica, es un ladrillo en la base de una democracia futura. No todo se decide en una sala de reuniones. A veces, se construye en silencio, en la oscuridad, con un celular y un corazón valiente.