El fin de semana pasado, el Club América se quedó a las puertas de la victoria frente a Monterrey, con un empate 2-2 que dejó tanto a la afición como al cuerpo técnico con la sensación de una oportunidad perdida. El resultado mantiene al equipo en el puesto cinco de la tabla, a escasos dos puntos de los puestos de clasificación directa a la liguilla. Con la presión aumentando, los próximos cinco compromisos se vuelven decisivos para reactivar la campaña.
Calendario y retos de los próximos encuentros
A continuación, el calendario oficial de la liga muestra los partidos que América jugará en las próximas jornadas, junto con algunos datos que podrían marcar la diferencia:
- Jornada 14 – Santos Laguna (casa) – 22 de octubre: La visita al Estadio Azteca será crucial. Santos Laguna llega con una defensa sólida, pero su ataque ha mostrado vulnerabilidades ante equipos que presionan alto. El entrenador de América buscará explotar la velocidad de los extremos.
- Jornada 15 – Puebla (fuera) – 29 de octubre: Puebla ocupa una posición media, sin mucha amenaza directa, pero su estilo de juego físico puede incomodar a los delanteros de América si no se controla el juego aéreo.
- Jornada 16 – Tigres (casa) – 5 de noviembre: El clásico del norte será el mayor desafío. Tigres, vigente campeón, cuenta con un plantel experiente y suele imponerse en los partidos de alta presión. Un empate sería suficiente para no perder terreno.
- Jornada 17 – Club Tijuana (fuera) – 12 de noviembre: Tijuana tiene un patrón de resultados impredecibles en casa. América necesita una victoria clara para acercarse al cuarto puesto.
- Jornada 18 – Cruz Azul (casa) – 19 de noviembre: El último partido antes del receso de vacaciones reúne dos de los equipos con mayor historia en la liga. Un triunfo contra Cruz Azul podría catapultar a América a la zona de Mata‑Mata.
Los partidos, todos dentro de un mes, demandarán una gestión cuidadosa de la plantilla. El director técnico ha anunciado que rotará a algunos titulares para evitar sobrecargas, especialmente a los centrales que acumulan minutos críticos.
En cuanto a lesiones, el mediocampista Andrés Ibáñez sigue recuperándose de una torcedura de tobillo y podría estar fuera al menos hasta la quinta jornada. Por otro lado, el atacante mexicano José Juan Vázquez ha superado su lesión muscular y está listo para liderar la ofensiva.
Desde el punto de vista táctico, el equipo ha mostrado una tendencia a jugar con un 4‑4‑2 que se transforma en 4‑3‑3 en la segunda mitad, buscando mayor ocupación del balón en el medio campo. La clave será la capacidad de los laterales para subir y crear superioridad numérica en las bandas.
Los aficionados ya se preparan para los cantos en el Estadio Azteca, conscientes de que cada punto cuenta en la lucha por la clasificación. La presión es alta, pero el club confía en que la combinación de experiencia y juventud le permitirá convertir los empates en victorias y retomar el ritmo necesario para terminar la temporada con dignidad.
Comentarios
América tiene que dejar de jugar como si tuviera miedo a ganar. El 2-2 con Monterrey fue un espejo de lo que llevamos semanas viendo: oportunidades desaprovechadas, falta de agresividad en el área y una mentalidad de que ‘con empate nos vale’. No es así. Si queremos liguilla, hay que matar partidos cuando se puede.
La rotación de titulares está bien, pero no puede ser una excusa para jugar con la mitad del equipo. Ibáñez no está, pero Vázquez sí está y es el que debe liderar el ataque, no esperar a que otros lo hagan.
Los laterales tienen que subir más, no como en el partido pasado donde parecía que tenían miedo a salirse de su línea. Si no generamos superioridad en las bandas, Tigres nos va a comer vivos.
Y ojo con Puebla: físico sí, pero si no les metemos presión en su área, nos van a hacer lo mismo que hizo Santos el año pasado: nos van a sacar un empate feo y nos vamos a arrepentir.
El Azteca tiene que ser un infierno, no un lugar donde se canta con timidez. La afición está lista, pero el equipo tiene que corresponderle con garra, no con pases laterales.
Esto no es un torneo de consuelo. Es la liguilla o nada. Y si no cambiamos algo en los próximos 5 partidos, no va a haber segunda oportunidad.
El técnico sabe lo que tiene que hacer. Solo falta que los jugadores lo hagan.
yo creo que el problema no es solo el equipo, es el estilo de juego. Siempre jugamos igual, sin cambios, como si la liga fuera un ensayo. ¿Y si probamos un 3-4-3 con Vázquez como falso 9? Se me ocurre que así se desequilibra a Tigres, que siempre espera a que les ataquen por los costados.
Además, el medio campo necesita más movilidad. No puede ser que siempre sea el mismo trio el que mueva la pelota. ¿Y si le damos más minutos a Ruiz? Es joven, pero tiene idea de juego.
Y por favor, que dejen de decir que ‘es cuestión de mentalidad’ como si fuera un meme. Es táctica, es entrenamiento, es planificación. No es magia.
¡Esto es lo que pasa cuando dejan que los extranjeros decidan el juego! ¡América es MEXICANO, no un club de la MLS con nombres raras! ¡Vázquez sí, pero ¿dónde están los jóvenes mexicanos de la cantera? ¡No me vengan con que ‘es por experiencia’! ¡La experiencia no gana partidos, la pasión sí!
¡Tigres es un equipo de ricos, no de luchadores! ¡Nosotros somos el verdadero América, no esos que juegan con el mismo esquema desde 2018!
¡Si no ganamos contra Cruz Azul, no merecemos estar en la liga! ¡El Azteca no es para empates, es para gritar y vencer! ¡México no se rinde, se mata por el triunfo!
¡¡¡OHHHHH SÍ!!! ¡¡¡Otro empate con Monterrey y ahora todos quieren ser estrategas de fútbol en Reddit!!!
¿Sabes qué pasa cuando un equipo juega como si estuviera en una reunión de vecinos? ¡Pierde! ¡No es que no tenga talento, es que no tiene cojones!
¡El técnico está en modo ‘esperar a que la suerte nos salve’! ¡No es un entrenador, es un psicólogo de la resignación!
Y oye, ¿quién dijo que los laterales deben subir? ¡Pues el mismo que les puso el nombre a los jugadores! ¡Pero no los mandó a atacar, los mandó a tomar té!
¡Si esto sigue así, en diciembre vamos a estar discutiendo si el balón es redondo o si el árbitro tiene miedo de los jugadores de Tigres!
¡Vámonos a ver una película, mejor! ¡Porque esto ya no es fútbol, es un documental de desesperación!
la verdad es que no sé si es el técnico o los jugadores. pero si no cambian algo en la defensa, no va a servir de nada que Vázquez anote 10 goles. los centrales están como dormidos.
en el partido contra Monterrey, el segundo gol fue un desastre total. nadie marcó, nadie corrió, nadie hizo nada. y después dicen que es falta de intensidad.
no es falta de intensidad. es falta de concentración. y eso no se arregla con tácticas. se arregla con gritos en el vestuario.
Entiendo la presión, pero también entiendo que el equipo está en transición. No todos los jugadores están al mismo nivel, y eso no es culpa de nadie. Lo importante es que se sientan apoyados, no juzgados.
América tiene una historia que no se mide solo en puntos. Tiene una identidad. Y esa identidad no se pierde por un empate.
Si los jugadores se sienten seguros, van a jugar mejor. Si la afición los abraza en vez de gritarles, van a dar más de sí.
No se trata de ganar todos los partidos. Se trata de volver a creer en el equipo, en el proyecto, en lo que significa ser América.
Y si hay que rotar, que se rote con confianza. No con miedo. Porque el miedo es lo que nos está frenando más que cualquier rival.
Este equipo está en estado de putrefacción táctica. No es un 4-4-2, es un 4-4-2 con parálisis. La presión alta? Nula. La transición? Un desastre burocrático. Los laterales? Están en modo ‘pase de emergencia’.
El entrenador está operando con un modelo de 2012. ¡El fútbol moderno no es sobre posesión, es sobre intensidad y ruptura! ¡Y aquí lo que tenemos es un ballet de pases de 3 metros!
Si no cambian la filosofía, no importa cuántos goles haga Vázquez: van a caer como castillos de naipes ante un equipo con ritmo. Tigres no va a jugar con ellos. Va a desgastarlos, los va a hacer correr y los va a matar en el minuto 75.
La solución no es rotar. Es reemplazar. Y si no lo hacen, que se vayan a la mierda todos.
¡Esto es vergüenza nacional! ¡América es un equipo de leyenda y ahora juega como un equipo de Segunda División! ¡El Azteca se merece más que este desastre! ¡No es cuestión de táctica, es cuestión de orgullo!
¡Si no ganamos contra Cruz Azul, que se cierre el estadio! ¡Que se vayan a jugar a un patio de escuela! ¡No merecemos estar en la Liga MX con este nivel!
¡El técnico debería ser destituido ayer! ¡Y los jugadores que no quieran luchar, que se vayan a otro país! ¡Aquí no se juega por puntos, se juega por honor!
¡México no es un país de empates, es un país de guerreros! ¡Y este equipo no es un equipo, es una vergüenza ambulante!
yo no sé qué pasa con este equipo, pero cada vez que juegan, siento que no quieren ganar. como si estuvieran esperando que alguien más les dé la victoria.
el empate con Monterrey fue triste. no hubo lucha, no hubo pelea. solo pases y más pases.
si no cambian algo, no va a servir de nada que Vázquez esté sano. van a seguir igual.
el Azteca se merece más que esto.
La belleza del fútbol no está en los puntos, está en la historia que se construye con cada jugada.
América ha sido más que un equipo. Ha sido un símbolo. Y hoy, en medio de la presión, no debemos olvidar que el fútbol también es poesía.
Quizás no ganemos todos los partidos, pero si jugamos con corazón, si cada jugador se siente parte de algo más grande, entonces el resultado no define el valor.
El Azteca no es solo un estadio. Es un altar. Y cada vez que entramos, llevamos la memoria de quienes nos precedieron.
No es necesario gritar para demostrar pasión. A veces, basta con un pase bien ejecutado, con un jugador que se levanta tras una caída, con un equipo que no se rinde aunque el marcador diga lo contrario.
La liguilla es un objetivo, pero no es el único propósito. El propósito es seguir siendo América, en cada pase, en cada sudor, en cada silencio después del pitazo final.
Y si no lo logramos… al menos lo intentamos con dignidad.
✌️
Lo que necesita este equipo no es más táctica, es confianza. No hay que cambiar el esquema, hay que creer en él.
Los jugadores saben lo que tienen que hacer. Lo que les falta es la certeza de que van a tener apoyo, incluso si fallan.
La presión no viene del rival, viene de nosotros. De los que esperamos que sean perfectos.
Si le damos espacio a Vázquez, si le damos espacio a los laterales, si le damos espacio al equipo… van a jugar mejor.
El técnico no es el enemigo. El enemigo es el miedo a equivocarse.
Y si el equipo se levanta, si se mira a los ojos, si se grita en el vestuario… todo cambia.
No necesitamos un milagro. Necesitamos un abrazo.
¿En serio? ¿Estamos discutiendo tácticas mientras el equipo juega como si estuviera en una clase de yoga? ¡Esto no es fútbol, es una obra de teatro de la mediocridad!
El técnico es un iluso que cree que la ‘mentalidad’ se arregla con discursos. ¡No! Se arregla con resultados.
Y Vázquez… bueno, al menos tiene piernas. Pero no puede cargar con todo el equipo. ¿Dónde están los otros? ¿Escondidos en la banca?
Este no es un equipo. Es una colección de jugadores con contratos caros y cerebros vacíos.
Si no cambian algo, esto va a terminar en una despedida triste, con una copa de champán y un discurso de ‘aprendizaje’.
¡Qué pena!
no es que no quieran ganar, es que no saben como. siempre lo mismo, siempre lo mismo. y ahora dicen que es por el estilo. pero si el estilo es malo, cambienlo. no sigan con lo mismo por que ‘siempre se ha hecho asi’.
el azteca no es un museo, es un campo de batalla. y nosotros no somos espectadores, somos guerreros.
¡¡¡vámonos a la mierda con este empate!!!
Me encanta cómo todos hablan de tácticas y resultados, pero nadie habla de cómo se sienten los jugadores.
Imaginen que están en el campo, con 90 mil personas gritando, con la presión de toda una ciudad encima, y no saben si van a ser el héroe o el chivo expiatorio.
Quizás lo que necesitan no es un cambio de esquema, sino un momento de calma. Un abrazo. Una palabra de apoyo.
El fútbol no se gana solo con estrategia. Se gana con humanidad.
Escuchen, no es solo sobre los próximos cinco partidos. Es sobre lo que América representa. Es sobre la historia que se escribe en cada grada, en cada grito, en cada lágrima de un niño que vio a su ídolo marcar un gol.
Yo recuerdo cuando el estadio temblaba con los cánticos, cuando el equipo no tenía dinero pero tenía alma. Hoy tenemos jugadores caros, pero ¿tienen alma?
El empate con Monterrey no fue un fracaso. Fue una señal. Una señal de que algo se rompió. No entre los jugadores, sino entre el club y su esencia.
La rotación es necesaria, pero no como excusa. Como oportunidad. Oportunidad para que los jóvenes muestren que también pueden ser parte de la leyenda.
La presión no es un enemigo. Es un recordatorio de que importamos. Que somos importantes.
No necesitamos un milagro. Necesitamos volver a creer. En nosotros. En el equipo. En lo que significa ser América.
Y si no lo logramos… al menos lo intentaremos con el corazón que siempre tuvimos.
¡Vamos América! 🙌
La clave está en la transición defensa-ataque. Si los laterales suben, pero el mediocampo no los cubre, se quedan solos. Y eso es lo que pasó contra Monterrey.
El 4-4-2 funciona si hay presión inmediata después de perder la pelota. Pero aquí no hay presión. Hay espera.
El entrenador tiene que exigir eso: presión en los primeros 3 segundos tras la pérdida. No después de 10 pases.
Y Vázquez necesita apoyo. No puede estar solo. Necesita un delantero de apoyo, o un mediocentro que lo busque con pases profundos.
Si no cambian esto, van a seguir perdiendo puntos en partidos que podrían ganar.
Y ojo con Tijuana: si no juegan con intensidad desde el minuto uno, van a sufrir. Ese equipo siempre juega con hambre.
Estoy de acuerdo con lo que dice Ivonne. No es solo táctica. Es emocional.
América tiene una afición que lo da todo. Y eso debe ser el motor, no la carga.
Los jugadores no necesitan más presión. Necesitan saber que no están solos.
El Azteca no grita para asustar. Grita para abrazar.
Si el equipo siente eso, va a jugar con libertad. Y con libertad, se juega mejor.
Confío en ellos. No porque sea optimista, sino porque sé lo que significa ser América.
¡Vamos!