Un enfrentamiento de alto nivel
La esperada final de ida de la Liga MX Apertura 2024 entre América y Monterrey resultó ser un espectáculo digno de recordar. Celebrado en el Estadio Cuauhtémoc de Puebla, el encuentro atrajo a miles de fanáticos de todo el país a pesar de que originalmente se había planeado en el Estadio Azteca de Ciudad de México. Las circunstancias que llevaron al cambio de sede fueron principalmente logísticas y de seguridad, lo que generó cierto malestar entre los seguidores, aunque no restó emoción al evento.
El partido comenzó con una intensidad palpable desde el primer minuto. América, conocido por su juego agresivo y bien estructurado, no tardó en imponer su ritmo. No obstante, Monterrey, apodado ‘Rayados’, no se dejó intimidar fácilmente. Desde el inicio, demostraron que estaban preparados para luchas hasta el silbato final. Sergio Canales, la estrella reciente del Monterrey, tomó el control del juego a los 35 minutos del primer tiempo con un impresionante disparo desde lejos que dejó a la defensa de América casi sin reacción. Este gol no solo demostró su habilidad, sino que también silenció momentáneamente a los seguidores del América.
La inspirada respuesta de América
La respuesta de América no se hizo esperar. Apenas cuatro minutos después de recibir el primer golpe, Kevin Álvarez logró equilibrar el marcador. Aprovechando un descuido en la defensa de Monterrey, Álvarez se eludió entre los defensores y ejecutó un tiro que parecía venir de la nada, encontrando el fondo de la red y llevando el marcador a un empate crucial justo antes del descanso. La jugada demostró no solo su destreza individual, sino también la cohesión del equipo bajo presión.
Segunda parte y la definición del partido
El segundo tiempo tuvo un comienzo vertiginoso. Apenas pasados los cuatro minutos de reanudado el juego, América marcó la diferencia. Un impecable pase de Álvaro Fidalgo encontró a Alejandro Zendejas, quien definió con precisión, superando al arquero de Monterrey y encendiendo el estadio con su gol que eventualmente sería el decisivo. Este gol no solo destacó a Zendejas como una figura clave en el campo, sino que también reafirmó el rol de Fidalgo como uno de los facilitadores más eficaces de América.
Por su parte, Monterrey tuvo que afrontar duras contingencias durante el partido. El equipo fue visiblemente afectado por la salida temprana de Lucas Ocampos debido a una lesión muscular apenas iniciado el encuentro. Esta baja, a la que se sumaría la salida de Sergio Canales en el minuto 65 por lo que parecía ser otra lesión, minó las expectativas del equipo. Sin dos de sus jugadores más destacados, el cuadro regiomontano luchó por mantener el ritmo exigido por el partido, sacrificando gran parte de su potencia ofensiva en el proceso.
La preparación para el enfrentamiento final
Con esta victoria, el América afronta el partido de vuelta con una ligera ventaja. El juego está pautado para llevarse a cabo en el Estadio BBVA de Monterrey, casa de los Rayados, el domingo 15 de diciembre de 2024. Esta locación promete ser un terreno cargado de tensión y emociones, dado que las expectativas son altas para ambos equipos. América busca coronarse campeón de nuevo, un logro que cementaría su posición como el primer equipo en conseguir tres títulos consecutivos en el siglo. De lograrlo, se consolidarían en los anales de la historia del fútbol mexicano, un hito que no querrán dejar pasar por alto.
Por otro lado, Monterrey no está dispuesto a rendirse sin presentar una batalla formidable en su propio terreno. Dependerán del retorno y la salud de sus jugadores clave para desafiar al dominante América. La afición local, conocida por su pasión, sin duda jugará un papel fundamental en infundir energías renovadas a los jugadores, alentándolos a superar los desafíos presentados por un rival fuerte y decidido.
El desenlace de esta contienda no solo cerrará la temporada del fútbol mexicano, sino que también establecerá el tono para los enfrentamientos del próximo año, prometiendo inspirar a una nueva generación de aficionados al deporte más querido de México.
Comentarios
Qué partido más digno de la Liga MX. América no solo ganó, sino que lo hizo con clase, con corazón, con esa chispa que solo los grandes equipos saben encender cuando más se necesita. No fue solo un gol, fue una declaración de intenciones. Zendejas no solo marcó, lo hizo como quien pone el sello final a una obra de arte. Y Fidalgo, ese hombre es un maestro del pase, no lo subestimen. Monterrey tuvo su momento, claro, Canales es un genio, pero el fútbol no se gana solo con talento individual. Se gana con colectivo, con disciplina, con esa voluntad que se ve en Álvarez, que igualó como si el mundo se detuviera solo para él. Esta victoria no es casualidad, es fruto de un proyecto bien construido.
Y ojo, que el Estadio Cuauhtémoc se llenó de gente que no era de Puebla, eso habla de algo más grande: el fútbol mexicano sigue vivo, sigue uniendo, incluso cuando las autoridades deciden cambiar de sede por razones que nadie entiende. Qué lástima que no fuera en el Azteca, pero qué bonito que el fútbol encontrara su espacio de todos modos.
El próximo partido en Monterrey va a ser un infierno, lo sé. Pero América no tiene miedo. Ya lo demostraron. Ahora toca mantener la cabeza fría, no relajarse, y recordar que los campeones no se coronan en casa del rival, se coronan cuando el mundo les dice que no pueden, y ellos responden con más goles.
Esto no es solo un título, es una historia que se está escribiendo. Y si logran los tres consecutivos, no van a ser solo campeones, van a ser leyenda. Y yo, desde Chile, voy a estar viendo cada minuto. Porque este fútbol, este México, merece ser recordado así.
¡Vamos América! ¡Vamos México!
La clave del partido fue la transición rápida. América no se quedó a esperar, atacó con profundidad y explotó los espacios que Monterrey dejó al intentar dominar. El 4-2-3-1 de Pékerman funcionó como un reloj suizo. Álvarez no fue casualidad, fue un plan. Zendejas aprovechó la salida del defensa central, que se adelantó por el pase de Fidalgo. Eso no es suerte, es táctica pura.
Y la lesión de Ocampos fue un punto de inflexión. Monterrey perdió su referencia izquierda, y Canales, aunque brilló, se quedó solo. Sin apoyo, ni velocidad, ni profundidad, se volvió predecible. El 65’ fue el momento en que el partido se decidió, no el gol. El fútbol moderno es así: los detalles, los minutos, los cambios, lo deciden todo.
El próximo partido va a ser más físico. América debe evitar el juego de contacto, no caer en el juego de Monterrey. Si logran controlar el centro del campo, van a ganar sin necesidad de otro gol. Si no, se convierte en un caos. Y ahí, los Rayados pueden aprovechar el ambiente.
Me conmovió ver cómo el estadio se llenó de camisetas de América, aunque fuera en Puebla. Eso habla de algo más grande que un partido: es identidad. Me acordé de mi abuelo, que me contaba de las finales de los 80, cuando el fútbol no tenía tanta tecnología, pero sí tanta pasión. Hoy, con todo lo que hay, la pasión sigue siendo lo mismo.
Y qué bueno que haya jugadores como Zendejas, que vienen de las categorías inferiores y ahora están marcando goles decisivos. Eso es lo que hay que fomentar: formar, no comprar. América no compró el título, lo construyó. Monterrey tiene talento, sí, pero no tiene ese ADN. Y eso, en el fútbol, es lo que marca la diferencia a largo plazo.
La lesión de Ocampos fue un golpe duro, pero no fue la única. La moral de un equipo se rompe cuando pierdes a dos referencias en el mismo partido. Eso no es mala suerte, es un sistema que no se prepara para la adversidad. América sí lo hizo. Y eso, eso es lo que se ve cuando se gana una final.
Claro, América ganó. Pero ¿y si les dieron el partido? ¿Y si el cambio de estadio fue un truco para que no se llenara el Azteca y así el árbitro no se sintiera presionado? ¿Y si el gol de Álvarez fue fuera de juego y nadie lo vio porque el VAR estaba en ‘modo vacaciones’? ¿Y si Canales se lesionó porque alguien le puso algo en la botella de agua? Porque no es casualidad que dos jugadores clave se vayan en el mismo partido. No, no lo es.
Y ojo con Fidalgo. ¿Por qué siempre está en el lugar exacto para hacer el pase? ¿Por qué nunca lo marcan? ¿Por qué nunca lo expulsan? ¿No será que tiene un ‘acuerdo’ con los árbitros? ¿O tal vez el club tiene acceso a los sistemas de video? Porque esto ya no es fútbol, es una serie de Netflix con guion.
La próxima vez que alguien diga que América es ‘el mejor’, recuerden: los campeones no ganan por mérito, ganan porque nadie les pone los huevos encima. Y hoy, nadie los puso. ¿Casualidad? No. Plan.
El error táctico de Monterrey fue jugar con un mediocentro defensivo que no cubría el flanco izquierdo. El pase de Fidalgo a Zendejas fue posible porque el lateral derecho de Monterrey no recuperó posición tras la salida del balón. Álvarez, por su parte, ejecutó un movimiento de desmarque sin balón que fue impecable: cortó hacia el segundo palo, atrajo al central y dejó espacio para el disparo. Esto no es azar, es entrenamiento repetido miles de veces.
La salida de Ocampos fue un factor, pero no el principal. El principal fue la falta de adaptación de Monterrey al sistema de presión alta de América. No se ajustaron. Se quedaron en su esquema, y eso los mató. El 4-4-2 de Monterrey no tiene cobertura vertical. América lo supo. Y lo explotó. No hay conspiración. Solo fútbol bien jugado.
no se si me equivoque pero creo que el gol de zendejas fue en el 47′ no en el 44′? o tal vez me confundi con otro partido… pero sea como sea, que partido mas loco. america no se rinde nunca, y monterrey se cayo en los ultimos minutos. no se como pero se les fue la cabeza. y lo de canales… que pena. espero que no sea grave. y ojala que en el segundo partido no se repita. el azteca deberia haber sido la sede, pero bueno, ya no hay vuelta atras. solo espero que el domingo sea un partido justo. sin polémicas. solo fútbol.
¡Claro que América ganó! ¿Qué otra cosa iba a pasar? El fútbol mexicano es nuestro, y los rayados son solo un equipo que se cree grande porque tiene dinero. América es el verdadero símbolo de México, el que representa a la gente, no a los empresarios. ¿Y qué tal si en el segundo partido se les cae el estadio por la presión? ¡Que se vayan a su casa y no nos jodan más con sus gritos! ¡Somos más, somos mejor, y lo vamos a demostrar en Monterrey! ¡Vamos México! ¡Vamos América! ¡Fuera los extranjeros del fútbol mexicano!
¡¿Qué diablos acaba de pasar?! ¡América no solo ganó, lo hizo como si estuviera jugando contra una selección de aficionados! ¡Zendejas no marcó, lo hizo con un estilo que parece sacado de un videojuego de 2008! ¡Fidalgo es un mago con los pies, y Álvarez… ¡Dios mío, ese gol fue más limpio que mi cuenta de banco! ¡Y Monterrey… qué desastre! ¡Canales se fue como si alguien le hubiera robado el alma! ¡Ocampos no se lesionó, se rindió! ¡Esto no es fútbol, es una obra de teatro donde América es el protagonista y Monterrey es el malvado que no sabe actuar!
yo no vi el partido, pero me lo contaron. parece que america se llevó la victoria. bueno, no es para tanto. monterrey tiene que ganar en casa, eso es lo que importa. y ojalá que no se les vaya la cabeza en el segundo partido. que no hagan cosas raras. que jueguen limpio. y que no se les caiga el estadio. porque si se cae, no es culpa de nadie más que de ellos.
Me encanta cómo se ha construido este equipo de América. No es solo talento, es resiliencia. Cada jugador sabe su rol, y lo cumple sin ego. Álvarez no es el más conocido, pero hoy fue el héroe. Zendejas no es el más caro, pero fue el que decidió. Fidalgo no pide atención, pero la da con cada pase.
Y a los que dicen que Monterrey fue víctima de la suerte… no. La suerte no te da dos lesiones clave en el mismo partido. La suerte no te da un gol de fuera del área que se convierte en empate. La suerte no te da una defensa que se organiza en segundos. Eso es trabajo. Eso es cultura.
Lo que haga Monterrey en su casa no me importa tanto como lo que América haga con la humildad que ha mostrado. Porque los grandes no se llenan de orgullo, se llenan de responsabilidad. Y América lo sabe.
América ejecutó un high-press de 1.2x la intensidad de Monterrey, con una verticalidad de 78% en el tercer tercio. Zendejas, con un xG de 0.83 en el gol, aprovechó un desajuste en la línea de defensa de 0.6 segundos. Fidalgo: 92% de precisión en pases clave. Álvarez: 3.2 duels ganados en 10 minutos tras el gol. Canales: 89% de pases completados antes de la lesión. Ocampos: 4.1 km recorridos en 22 minutos. Datos no son casualidad. Son biomecánica aplicada. Esto no es fútbol, es optimización de recursos humanos bajo presión.
¡Qué vergüenza, Monterrey! ¡Se les fue la cabeza y se les fue el partido! ¡Y encima se lesionan los dos mejores! ¡No es mala suerte, es falta de carácter! ¡América no se rinde, ellos sí! ¡Y lo peor es que todavía creen que son grandes! ¡Son un equipo que se cree campeón por el nombre, no por lo que hace en el campo! ¡Vergüenza! ¡Ellos no merecen estar en una final! ¡América sí, ellos no! ¡Vamos América, que los vayamos a matar en su casa!
América gana, claro. Pero en el Azteca no se hubiera podido hacer. Ellos necesitan estadios pequeños para ganar. En Monterrey, con 50 mil gritando, se van a desmoronar. Ya lo vimos antes. Ellos no ganan en el estadio grande. Ganaron por la situación, no por el mérito. Ya veremos en el segundo partido. Ellos no son campeones, son afortunados.
Me encantó cómo se mantuvo la calma de América. A veces, cuando te ponen un gol, te desesperas. Pero ellos no. Sabían que si mantenían la estructura, el gol llegaría. Y llegó. No fue un gol de suerte, fue un gol de paciencia. Y eso es lo más difícil de enseñar en el fútbol. La paciencia. Monterrey intentó forzar, y eso les costó. América esperó. Y ganó. Eso es lo que hace a un equipo grande.
El fútbol es un espejo de la vida. América no tenía todo, pero tenía coherencia. Monterrey tenía talento, pero no dirección. Canales brilló, pero no tuvo apoyo. Zendejas no era el más rápido, pero sabía cuándo moverse. Y eso… eso es lo que importa. No el nombre, no el estadio, no el dinero. Lo que importa es la conexión entre los jugadores. La confianza. La quietud en medio del caos.
América no ganó por un gol. Ganó porque no perdió la calma. Y eso, en un mundo loco, es la victoria más grande.
Mañana, en Monterrey, no importa si llueve, si gritan, si el árbitro los odia. Si mantienen esa calma… van a ser campeones. Porque el fútbol, al final, no se juega con los pies. Se juega con la mente.
Lo que vi hoy no fue un partido, fue una lección. América no jugó para ganar, jugó para no perder. Monterrey jugó para ganar, y por eso perdió. El fútbol no es sobre atacar, es sobre controlar. Ellos controlaron el ritmo, el espacio, el tiempo. Zendejas no fue el mejor jugador, fue el que mejor supo esperar. Fidalgo no fue el más rápido, fue el que mejor leyó el juego. Y Álvarez… ese gol no fue un gol, fue una declaración de intención.
Monterrey tuvo las armas, pero no el corazón. América no tenía todas las armas, pero sí el corazón. Y en el fútbol, el corazón siempre gana. No porque sea justo, sino porque es lo único que no se puede comprar.
Qué aburrido. América ganó con lo de siempre: orden, previsibilidad, y un montón de fútbol de mediocres que saben no equivocarse. ¿Y qué? ¿Por eso celebran como si hubieran vencido a los alemanes? ¡Es una final de Liga MX! No es la Champions. ¿Y Monterrey? ¡Qué tristeza! Se les fue el alma, como siempre. No tienen carácter, solo estrellas que se desvanecen cuando más se necesita. Y el público… ¿realmente creen que esto es fútbol? Es una farsa organizada por empresarios que venden emociones baratas. Yo me voy a ver algo más auténtico: un partido de tercera división en una cancha de tierra. Ahí sí se juega con el alma. Aquí, solo con marketing.
america gano pero no fue justo. el estadio no era el suyo y el arbiro no vio el fuera de juego. y canales se lesiono por algo raro. y ojala que en el segundo partido no se caiga el estadio por la presion. y si america gana de nuevo, va a ser porque monterrey no tiene suerte. y eso no es deporte. eso es trampa.
El comentario de @2820 es lo más ridículo que he leído en semanas. ¿Una conspiración en la Liga MX? ¿Quién va a pagar para que dos jugadores se lesionen en el mismo partido? ¿Y por qué el VAR no lo revisa si es tan corrupto? ¿O acaso el árbitro es amigo de América y enemigo de Monterrey? ¡Qué paranoia! ¡Qué falta de respeto al deporte! ¡Si esto es lo que piensan los que dicen amar el fútbol, mejor que se vayan a ver pelis de acción!
América ganó porque jugó mejor. Punto. No necesitan trampas. Tienen historia, tienen disciplina, tienen hambre. Y eso, en el fútbol, es lo que marca la diferencia. No hay trampa. Hay talento. Hay trabajo. Hay pasión. Y eso, a diferencia de lo que tú crees, no se compra con dinero. Se hereda.