Joaquín Monasterio denuncia más de un año sin salario en Oriente Petrolero
julio 18, 2025 publicado por Susana Fuentes Avellaneda
El silencio de un club en crisis: Monasterio saca a la luz los impagos
El fútbol boliviano se ve sacudido por una declaración que pocos esperaban escuchar en la voz de un técnico profesional: Joaquín Monasterio, que dirigió a Oriente Petrolero entre junio de 2023 y enero de 2025, afirma que nunca llegó a percibir un solo salario por su trabajo. Su denuncia no solo apunta a una deuda millonaria, sino que destapa, de paso, la magnitud de la crisis institucional que atraviesa el histórico club cruceño.
Monasterio asumió la dirección de Oriente en momentos complicados, bajo la presidencia de Ronald Raldes, cuando las finanzas ya daban señales de estar al límite. Paros de jugadores, sueldos atrasados y un equipo directivo ausente eran parte del día a día. Aún así, logró armar un plantel competitivo; no solo eso, sino que llevó al equipo a un inesperado tercer puesto en el torneo largo de 2024, un resultado impensado para el contexto de inestabilidad que vivía el club.
Gestión complicada y una salida forzada sin respuestas
El desgaste era inevitable. Con recursos cada vez más escasos y viendo que la directiva no llegaba a un acuerdo para sanear la institución, Monasterio resistió hasta enero de 2025. Su salida, según relata, fue forzada no solo por la presión de los resultados, sino por el evidente agotamiento de trabajar más de un año sin remuneración y sin un horizonte claro. Él mismo asegura que intentó en varias ocasiones entablar conversaciones con los representantes de Oriente, pero ni el club ni los responsables dieron respuesta a sus llamados.
La deuda reclamara no es menor: según fuentes cercanas a la defensa legal del entrenador, supera ampliamente los 12 meses de salario. Esta situación llevó a Monasterio a iniciar demandas legales tanto por el incumplimiento del contrato como por la indemnización que le debería corresponder tras un despido improcedente. Se habla de una cifra significativa que podría suponer un nuevo golpe a las debilitadas finanzas del club.
Este caso no es el primero en la historia reciente de Oriente Petrolero, pero sí resalta por el perfil del afectado y la larga duración del conflicto. La gestión de Ronald Raldes, que había llegado con la promesa de revivir al club, ahora queda marcada por reclamos de impagos, falta de transparencia y el desencanto no sólo de Monasterio, sino también de varios jugadores y empleados que han levantado la voz.
Mientras tanto, la hinchada observa con preocupación. Oriente, uno de los grandes de Bolivia por historia, pasa por uno de sus momentos más oscuros, y el caso Monasterio es solo el síntoma más visible de una crisis sin precedentes. Ahora, la justicia laboral tiene la última palabra.
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