El silencio de un club en crisis: Monasterio saca a la luz los impagos
El fútbol boliviano se ve sacudido por una declaración que pocos esperaban escuchar en la voz de un técnico profesional: Joaquín Monasterio, que dirigió a Oriente Petrolero entre junio de 2023 y enero de 2025, afirma que nunca llegó a percibir un solo salario por su trabajo. Su denuncia no solo apunta a una deuda millonaria, sino que destapa, de paso, la magnitud de la crisis institucional que atraviesa el histórico club cruceño.
Monasterio asumió la dirección de Oriente en momentos complicados, bajo la presidencia de Ronald Raldes, cuando las finanzas ya daban señales de estar al límite. Paros de jugadores, sueldos atrasados y un equipo directivo ausente eran parte del día a día. Aún así, logró armar un plantel competitivo; no solo eso, sino que llevó al equipo a un inesperado tercer puesto en el torneo largo de 2024, un resultado impensado para el contexto de inestabilidad que vivía el club.
Gestión complicada y una salida forzada sin respuestas
El desgaste era inevitable. Con recursos cada vez más escasos y viendo que la directiva no llegaba a un acuerdo para sanear la institución, Monasterio resistió hasta enero de 2025. Su salida, según relata, fue forzada no solo por la presión de los resultados, sino por el evidente agotamiento de trabajar más de un año sin remuneración y sin un horizonte claro. Él mismo asegura que intentó en varias ocasiones entablar conversaciones con los representantes de Oriente, pero ni el club ni los responsables dieron respuesta a sus llamados.
La deuda reclamara no es menor: según fuentes cercanas a la defensa legal del entrenador, supera ampliamente los 12 meses de salario. Esta situación llevó a Monasterio a iniciar demandas legales tanto por el incumplimiento del contrato como por la indemnización que le debería corresponder tras un despido improcedente. Se habla de una cifra significativa que podría suponer un nuevo golpe a las debilitadas finanzas del club.
Este caso no es el primero en la historia reciente de Oriente Petrolero, pero sí resalta por el perfil del afectado y la larga duración del conflicto. La gestión de Ronald Raldes, que había llegado con la promesa de revivir al club, ahora queda marcada por reclamos de impagos, falta de transparencia y el desencanto no sólo de Monasterio, sino también de varios jugadores y empleados que han levantado la voz.
Mientras tanto, la hinchada observa con preocupación. Oriente, uno de los grandes de Bolivia por historia, pasa por uno de sus momentos más oscuros, y el caso Monasterio es solo el síntoma más visible de una crisis sin precedentes. Ahora, la justicia laboral tiene la última palabra.
Comentarios
¡Esto es un escándalo con mayúsculas! ¿Cómo es posible que un técnico que llevó a Oriente al tercer puesto sin un peso en la bolsa siga siendo ignorado? ¡Esto no es fútbol, es circo con deudas! Si esto pasa en un club histórico, imaginen lo que pasa en los de segunda división. ¡Esto huele a corrupción organizada!
¡Y encima el presidente sigue sonriendo en las entrevistas como si nada! ¡Vergüenza ajena!
Yo lo vi entrenar una vez. No gritaba, no hacía show. Solo daba instrucciones claras y miraba a los ojos a los jugadores. Ese tipo merece más que el silencio de una directiva que ni siquiera sabe escribir un mail de disculpa.
Es triste que en Bolivia, el que hace bien su trabajo termina siendo el último en cobrar.
Me encantaría que alguien de la Federación Boliviana de Fútbol se animara a hacer algo concreto, no solo declaraciones. Este caso no es solo de Monasterio, es de todos los entrenadores, preparadores físicos, masajistas, que trabajan en silencio y sin garantías.
¿Cuántos más tienen que llegar al límite antes de que alguien diga ‘basta’? No es solo dinero, es dignidad. Y la dignidad no se negocia.
Esta es la consecuencia lógica del clientelismo fútbolero. El club no es una empresa, es un feudo. El entrenador no es un profesional, es un sirviente con chaleco. La deuda no es de 12 meses, es de 12 años de impunidad. Y la justicia? Jaja. Que se joda. El sistema está diseñado para que los que trabajan mueran de hambre y los que roban se jubilen en Miami.
¡ESTO ES ROBO ORGANIZADO! ¿DÓNDE ESTÁN LOS PERIODISTAS? ¿DÓNDE ESTÁN LOS POLÍTICOS? ¡UNA DIRECTIVA QUE NO PAGA A SU TÉCNICO ES UNA MAFIA! ¡SI ESTO PASARA EN ESPAÑA, LOS TÍOS ESTARÍAN EN LA CARCEL! ¡NO ES UN PROBLEMA DE FÚTBOL, ES UN PROBLEMA DE HONRADEZ!
En Bolivia no se le paga a nadie que no sea amigo del presidente. Si Monasterio no era de la confianza de Raldes, que se vaya. No es culpa del club, es culpa de los que no saben dónde poner la lealtad. El fútbol no es para soñadores, es para leales. Y él no lo era.
Si alguien quiere saber cómo se construye un equipo con cero recursos, este caso es un manual. Monasterio logró lo imposible con lo mínimo. Eso no es casualidad, es talento. Y el talento no se paga con promesas. Se paga con dinero, con respeto, con reconocimiento.
Si Oriente no lo paga, que lo haga la FBF. No se puede permitir que un hombre así termine en la ruina por hacer bien su trabajo.
La historia del fútbol latinoamericano está llena de héroes anónimos. Monasterio no es un héroe por ganar partidos, es un héroe por resistir. Por seguir ahí, con el alma agotada, sin un peso, sabiendo que su nombre no aparecerá en los titulares... hasta ahora.
¿Qué significa ser profesional en un país donde el contrato es un papel que se rompe cuando no conviene? La respuesta no está en la justicia, está en la memoria colectiva.
Que su nombre no se olvide. 🕊️
Lo que más duele no es la deuda, es la indiferencia. No es que no lo paguen, es que nadie se incomoda. La sociedad mira para otro lado. El fútbol es un espejo: si no se valora a quienes lo construyen, no vale la pena seguir mirándolo.
Monasterio no pidió fama. Pidió lo suyo. Y eso es más valiente que cualquier gol.
¿Saben qué es peor que no pagarle a un entrenador? Que alguien lo haga bien. Porque si lo hace mal, nadie se molesta. Pero cuando logra un tercer puesto con un equipo de mendigos, entonces se convierte en una amenaza. La historia no se escribe con salarios, se escribe con silencios. Y este silencio es cómplice.
yo digo que esto es fake. nadie trabaja 1 año sin cobrar, eso es de peli. seguro se fue por mal resultado y ahora busca plata con drama. los técnicos son todos iguales, hablan mucho y no hacen nada. y si cobraba, lo gastaba en putas y cerveza. no me cae bien.
He visto a madres solteras trabajar doble turno para mantener a sus hijos. Si Monasterio hizo lo suyo con tanta integridad, no es justo que termine en la oscuridad. No es solo un problema de dinero, es un problema de cómo tratamos a quienes dan lo mejor de sí sin esperar reconocimiento.
Quizás lo que necesitamos no es justicia, sino empatía.
En los años 70, en Santa Cruz, los entrenadores cobraban en pollo y arroz. No porque fueran pobres, sino porque el club era de la comunidad. Hoy, Oriente tiene patrocinadores, transmisiones, merchandising… y no paga a su técnico. Eso no es crisis, es traición.
La identidad de un club no se mide por sus títulos, se mide por cómo trata a quienes lo construyen. Y aquí, la identidad se perdió hace años.
Si no se paga a los que hacen el trabajo, ¿quién va a querer trabajar por amor? Porque el amor no paga el alquiler, y el hambre no entiende de pasiones.
Esto es un caso de estudio para cualquier escuela de administración deportiva. Cómo un club puede tener éxito deportivo y fracasar administrativamente. La clave está en la falta de transparencia y en la ausencia de controles. Si no hay auditorías, no hay responsabilidad. Si no hay responsabilidad, no hay futuro.
Monasterio no es un caso aislado. Es el síntoma de un sistema roto. Y los sistemas rotos no se arreglan con discursos, se arreglan con leyes y con sanciones.
Me acordé de mi abuelo que trabajó 40 años en la fábrica y nunca tuvo un contrato. Lo mismo pasa aquí. El respeto no se compra, se gana. Y Monasterio lo ganó con cada entrenamiento, con cada partido, con cada silencio que aguantó.
Si Oriente no lo paga, que lo haga la hinchada. Que organicen una colecta. Que le regalen un auto. Que lo inviten a cenar. Porque a veces, lo que falta no es dinero… es humanidad.
¿Y si esto es un plan de la FBF para desacreditar a Raldes y meter a su candidato? ¿Y si Monasterio es un actor contratado por la prensa de La Paz para generar odio en Santa Cruz? ¿Y si los 12 meses de deuda son inventados para que la justicia intervenga y el club quede bajo control estatal? Todo esto huele a manipulación. Nadie es tan ingenuo.
El sistema deportivo boliviano está podrido. No hay control, no hay transparencia, no hay consecuencias. Este caso debe ser llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. No es un asunto de fútbol. Es un asunto de derechos laborales. Y los derechos laborales no tienen banderas, ni colores, ni hinchadas. Tienen justicia. Y la justicia no espera.
¿Alguien sabe si Monasterio tiene algún contrato firmado? Porque si no lo tiene, el caso se complica. Pero si lo tiene, y el club lo violó, entonces es un caso claro de incumplimiento contractual. ¿Hay copias del contrato? ¿Se presentó ante la FBF? ¿Hay testigos? Porque sin pruebas, esto se vuelve un rumor.
no se si es verdad lo de los 12 meses pero si es cierto q el equipo jugo bien y el no cobro... entonces es un tipo de otro mundo. en un pais donde todos quieren ganar rapido, el se quedo por el amor al juego. eso no se ve mucho. espero que lo paguen. y que no lo olviden.