Un empate cargado de tensión y polémica en el Coloso Marcelo Bielsa
La noche de fútbol en Rosario tenía todos los ingredientes para el drama, pero nadie imaginaba hasta dónde iba a llegar. Newell's Old Boys y Central Córdoba terminaron igualados 1-1 en la cuarta jornada del Torneo Clausura 2025 de la Liga Profesional, pero el resultado fue lo menos llamativo en una jornada vibrante.
El encuentro, jugado bajo una atmósfera electrizante en el Coloso del Parque Marcelo Bielsa, no dio respiro. Desde el pitazo inicial, ambos equipos mostraron intensidad y ganas de dejar huella en la Zona A, territorio que ahora lidera Estudiantes. El protagonista inesperado de la noche fue el VAR y el propio árbitro Andrés Merlos, quien se vio envuelto en uno de los episodios más escandalosos del fútbol argentino de esta temporada.
Expulsión, VAR y un clima caldeado
La jugada polémica llegó a los 37 minutos del primer tiempo. Luca Regiardo, defensor de Newell's, se fue expulsado tras una dura entrada. El árbitro recurrió al VAR para revisar la acción, pero justo al acercarse al monitor, fue agredido en el trayecto por un desconocido, generando caos en la cancha y tribunas. El partido estuvo detenido mientras los organizadores y la policía intentaban calmar los ánimos y restablecer el orden. El público local, indignado, comenzó a increpar a la terna arbitral por lo que consideraban una decisión exagerada.
Con la expulsión de Regiardo confirmada, Newell's se quedó con diez jugadores, obligado a replegarse y reconstruir su plan de juego. Aun así, los rojinegros, liderados por Ever Banega desde el mediocampo, no bajaron los brazos. Banega, curtido en mil batallas, intentó tranquilizar a sus compañeros y mantener el orden en un partido que amenazaba con desmadrarse por completo.
Central Córdoba, capitaneado por José Florentín, olió la oportunidad de llevarse algo más que un simple punto. Empezó a presionar alto y a poner contra las cuerdas al local, pero entre la ansiedad y la falta de puntería, el marcador se mantuvo cerrado gran parte del encuentro.
Todo se aceleró en el tramo final. Parecía que el gran protagonista de la noche iba a ser la sufrida defensa local, pero apareció el golpe de efecto: a los 85 minutos, Gonzalo Maroni rompió el cero y encendió la ilusión leprosa con un gol que hizo temblar el estadio. El festejo, sin embargo, duró poco. Central Córdoba no se resignó y mostró dientes: tras la reanudación, Gastón Verón aprovechó un descuido y silenció a la hinchada local empatando casi de inmediato.
- Newell's jugó con uno menos desde la primera parte, mostrando garra pero perdiendo la ventaja sobre el final.
- El arbitraje de Andrés Merlos quedó marcado por la agresión sufrida durante el VAR, sumando presión y polémica en el ambiente.
- Los goles de Maroni y Verón llegaron en los últimos minutos, resumiendo la montaña rusa emocional del partido.
- Los entrenadores y capitanes trataron de calmar los ánimos, conscientes del impacto que tendría este encuentro en la lucha por la zona.
El empate dejó sensaciones encontradas: en el vestuario de Newell's había bronca por haber dejado escapar la victoria tras una noche llena de esfuerzos, mientras que Central Córdoba celebró el punto logrado en una de las canchas más complicadas del torneo.
Comentarios
La expulsión de Regiardo fue un disparate total. El árbitro no solo falló la llamada, sino que permitió que el VAR se convirtiera en un espectáculo de circo. Esto no es fútbol, es teatro político con botas.
¿Alguien más se pregunta por qué el tipo que agredió al árbitro no fue capturado en cámara? Porque no fue un loco, fue un operativo. El VAR estaba programado para fallar, y alguien tenía que crear el caos para justificar el empate. Newell's tiene dueños en la FIFA, y Central Córdoba es el chivo expiatorio perfecto.
Gonzalo Maroni hizo un gol que merecía un monumento en Rosario... y luego Gastón Verón lo borró como si fuera un borrador en un examen de la U. Esto es lo que pasa cuando el fútbol deja de ser deporte y se convierte en un ritual de desesperación colectiva.
¡Claro que sí! ¿Y qué esperaban? Los rojinegros siempre han sido unos llorones que piden favoritismo. Si no ganan, es culpa del árbitro, del VAR, de la liga, de la ONU... ¡Pero no de ellos! ¡Somos más argentinos que ellos, y eso no se negocia!
La agresión al árbitro fue un acto de low-intensity asymmetric warfare contra la institucionalidad futbolística. El VAR no es un tool, es un vector de transparencia que fue sabotajeado por el populismo de la hinchada. Newell's no perdió el partido: perdió la moralidad del juego limpio.
Aunque sea empate, hay que reconocer la garra de Banega. Ese tipo lleva 20 años en el fútbol y sigue siendo el alma del equipo. No importa si pierden o ganan, él siempre pone el corazón en la cancha. Eso no se mide con goles.
En serio, ¿nadie más se fijó en cómo el público empezó a gritarle al árbitro antes de que el VAR se moviera? Fue como si supieran que iba a cambiar algo y no les gustaba. Eso no es pasión, es miedo.
Oye, no sé si me estoy perdiendo algo, pero... ¿alguien tiene una grabación de lo que pasó entre el árbitro y el tipo que lo agredió? Porque si fue un fanático suelto, es triste. Pero si fue algo planeado... bueno, eso cambia todo. Me encantaría ver el video completo.
El empate fue justo. Newell's tuvo más posesión, pero Central Córdoba tuvo más peligro en el área. El gol de Maroni fue un remate de locura, y el de Verón fue un error defensivo que cualquier equipo de Primera comete. El VAR no cambió el resultado, solo lo hizo más visible. Y sí, el árbitro tuvo mala suerte. Pero no es culpa de nadie que alguien se enloqueciera en la tribuna.